En la década de los 70, la rama de investigación de DARPA se aseguró un puesto en la historia con la creación de ARPANET, la red de ordenadores que en su fase inicial conectó unos pocos centros en Utah, California y Stanford, inspirada por el teórico que vislumbró las posibilidades de una red de ordenadores, Joseph Carl Robnett Licklider.
Hay dos puntos en el camino que marcarán la naturaleza de la red. El primero es la expansión del proyecto; universidades de todo el mundo conectándose a ARPANET, que es cada vez menos un proyecto de defensa y cada vez más de investigación, discusión y desarrollo académico. El primer pilar es el ansia por conocer, por discutir, una red de sabiduría compartida, de seres humanos con necesidad de interconexión para ampliar sus conocimientos en las disciplinas que investigan.
Los políticos de USA país que una vez plantó parte del vivero de internet quieren fumigar toda la plantación con un proyecto de ley para frenar -supuestamente- la piratería. De aplicarse la ‘Stop Online Piracy Act’, SOPA, aunque sean dos cucharaditas, el mayor perjuicio recaerá en la innovación, el desarrollo y el tejido productivo de la industria tecnológica. La propuesta ha revuelto de tal forma al ciberespacio que podría ser detenida.Compartir está en el código que da vida a la red. Es su ADN, su razón de ser y su raíz. Intentar pararla o amputarla será una pérdida de dinero y tiempo; en cambio, aquellos que naden a favor de la corriente descubrirán un impulso que, tarde o temprano, les llevará a cumplir sus sueños.
